Si no amamantas, ¡no eres una mala madre!
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Si no he podido dar pecho a mis hijos, ¿eso me hace una mala madre? Entendemos lo que puede hacerte sentir, pero no, por ninguna razón te hace una mala madre. Disfruta lo maravilloso de la maternidad y no te frustres ni mucho menos hagas que tu bebé pase hambre en un pecho del que no sale la leche que necesita para estar bien alimentado, no es tu culpa, tranquilízate, porque no perderás esa mágica conexión con tu bebé por no amamantarlo, su conexión comenzó desde el primer día que comenzó a formarse en tu vientre.
Amamantar hace parte del proceso natural de ser mamá y crea un vínculo especial entre madre e hijo, además tiene increíbles beneficios para ti y para él.
Mientras tu bebé recibe de la leche:
- Las cantidades adecuadas de proteínas, carbohidratos y grasas.
- Las proteínas digestivas, minerales, vitaminas y hormonas que necesita.
- Anticuerpos que evitan que se enferme.
- Se hace menos propenso a alergias, enfermedades en la piel, gases, diarrea y estreñimiento, infecciones estomacales o intestinales, enfermedades respiratorias, etc.
- Y corre menos riesgo de padecer diabetes, obesidad o problemas de peso, síndrome de muerte súbita del lactante o caries en los dientes.
Tú, no solo disfrutas la satisfacción emocional, sino que además:
- Liberas hormonas como la prolactina encargada de producir una sensación de calma y positivismo que te permite relajarte y enfocarte en tu hijo; y la oxitocina, que promueve ese fuerte sentido de amor y apego entre ambos.
- Te recuperas del parto más rápido y fácilmente.
- Experimentas índices más bajos de cáncer de seno y ovario posteriormente.
- Reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, artritis reumatoide y enfermedades cardiovasculares.
- Descubres que es más fácil bajar de peso.
- Sentimiento de realización de ti como madre.
Es cierto y por lo general, que las madres producen la cantidad necesaria de leche para amamantar a sus bebés, sin embargo, existen casos en que no se produce o no se produce la suficiente para alimentarlos, ¿por qué pasa esto? Estas son algunas de las causas:
- Hipoplasia mamaria: cuando los senos tienen poco tejido mamario para producir la leche.
- Síndrome de ovario poliquístico: aquellas mujeres que han sufrido de este síndrome y también se les ha dificultado concebir, puede presentar de igual forma, complicaciones para producir la cantidad de leche necesaria.
- Anorexia: las mujeres que han sufrido este trastorno alimenticio previo a ser mamás y han experimentado periodos sin menstruación, posiblemente cuenten con poco tejido mamario para la producción de leche.
- Alteraciones en la glándula tiroides: sea antes o durante el embarazo, es importante controlar los niveles hormonales para que no afecten la cantidad de leche producida.
- Obesidad mórbida: las mujeres con esta condición pueden presentar demora en la producción de leche.
- Síndrome de Shehann: este afecta la hipófisis, encargada del funcionamiento de la lactancia y puede llevar a la insuficiencia en la producción de leche.
- Restos de placenta: cuando la placenta se separa del útero comienza la producción de leche, si quedan restos de placenta retenida, es posible que la generación de leche sea menor.
- Cirugías de reducción de senos: la disminución del tamaño de los senos también conlleva, en algunos casos, la reducción de las cantidades adecuadas de leche materna.
Si este es tu caso, y quieres reforzar ese vínculo o conexión con tu bebé, estos consejos te pueden ser de gran ayuda:
- Míralo a los ojos mientras le das su tetero o biberón para reforzar ese vínculo, de esta forma él recordará quién eres y lo que significas para su corazón.
- Potencia el contacto piel a piel a través del método canguro, una práctica que te ayudará a regular la respiración y ritmo cardíaco de tu bebé.
- Hazle un masaje, no te imaginas cuánto lo disfrutará y se reirá
- Escucha su corazón como cuando lo hacías durante las ecografías. Disfruta su ritmo y evolución.
Pero, hay algo más de lo que no hemos hablado, ¿qué pasa con la sexualidad en esta etapa? Como ya lo dijimos, durante la lactancia se produce una secreción alta de la hormona prolactina que también provoca la disminución de la hormona testosterona y por lo tanto, disminuye la líbido. Se le conoce como una “falsa menopausia” porque hay ausencia de la menstruación y falta de lubricación vaginal debido a la baja presencia de estrógenos (algo que puede causar dolor durante las relaciones).
Con el paso del tiempo, todo volverá a su sitio y recuperarás el deseo, la sexualidad es una parte intrínseca de nuestro ser, así que mientras eso sucede, aprende a entender tu cuerpo en cada etapa y sigue estas recomendaciones:
- No evites la proximidad física con tu pareja. Los abrazos y caricias siempre deben ser bienvenidas. Para que esto no suceda te recomendamos nuestro libro Íntimamente Poderosa que contiene herramientas increíbles que pueden ayudar a elevar el deseo y mejorar la relación con tu pareja durante este periodo de lactancia.
- Si crees que tu pareja se siente desplazada por el nuevo bebé, habla con él sobre sus emociones y sentimientos para que no den lugar a confusiones, malos entendidos o distanciamiento.
- Si sientes dolor durante las relaciones, utiliza un buen lubricante; nuestro Gel Hidratante Femenino con Ácido Hialurónico es un 10/10 porque además de evitar la resequedad vaginal y el dolor durante las relaciones, hidrata, regenera y rejuvenece tu zona íntima.
- No te pongas metas demasiado elevadas, recuerda que tu cuerpo ha cambiado y adaptarse tomará su tiempo, mientras tanto, no olvides lo esencial, seguir tu rutina de cuidado y limpieza de tu zona íntima; recuerda que puedes hacerlo con la Espuma Limpiadora Femenina, un producto multiusos y multipropósito que vas a amar porque su fórmula limpia de manera delicada y sin detergentes, hidrata y controla el olor fuerte en tu zona V, además de que previene el oscurecimiento de tu vulva y área vaginal.
- Prevén la incontinencia urinaria y los prolapsos después del parto con el VagiYoga, una excelente herramienta para fortalecer tu suelo pélvico, sumarle creatividad a tu vida sexual y mejorar tu estado de ánimo.
Definitivamente, amamantar es un ritual de amor que alimenta a madre e hijo por dentro y por fuera mientras está pegado a tu pecho abrazándote y recibiendo un abrazo tuyo de vuelta, y aunque no todas las mamás puedan vivir esta experiencia, por cualquiera que sea la razón, esa conexión siempre estará presente de otras formas, recuerda que cada mamá tiene una experiencia distinta, así que evita dejarte llevar por la presión social porque ya eres una mamá única y especial.
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